El dato...
Usuario o cliente. ¿Cómo es considerado hoy en día un alumno? Es cierto que la educación, por lo menos la enseñanza considerada obligatoria, es un derecho básico al que todos deben tener acceso. Pero más allá de esta consideración, las características individuales de cada alumno hacen necesario que se construya un “traje a medida” para dar respuesta a sus necesidades.
Éste es un aspecto, el de la personalización, que han sabido entender muy bien otros sectores (e incluso, la educación de postgrado), pero que del que contamos con pocos casos de éxito en el sector educativo español.
La discusión entre la dimensión social y personal de la enseñanza no es baladí y ha centrado durante décadas el debate académico, pero ¿qué ventajas y qué retos tiene por delante la personalización del aprendizaje?
Los detalles...
Ya a principios del siglo pasado, se pusieron en marcha varias iniciativas interesantes, como el Sistema Winnetka (1915) o el Método de Proyectos (1918), sin embargo durante muchos años ha primado la teoría del aprendizaje social y sus ventajas. No cabe duda de que como ser social, el ser humano necesita de las relaciones para fundamentar su aprendizaje, pero las distintas capacidades, intereses y aspiraciones hacen necesario poder dotar a cada alumno de un plan de aprendizaje centrado en las mejores soluciones para su desarrollo.
Para poder contar con un verdadero sistema de personalización del aprendizaje, se tiene que dotar al alumno de libertad. Por una parte, libertad para elegir el modo de aprendizaje, que consiste en que sean los propios estudiantes los que escogen la manera en la que aprenden, es decir, el mejor modo para alcanzar su máximo desarrollo, a través del que den lo mejor de sí mismos. Esta opción debe incluir desde los materiales que el alumno desea utilizar para su aprendizaje así como el lugar y el tiempo que se destina al estudio. Es decir, contar con Personal Learning Environments (PLE).
Además, deben existir distintas opciones para construir su currículum académico. Si bien es verdad que nuestro actual sistema educativo permite esta elección a partir de los 12 años, es decir, en secundaria, esta posibilidad se tendría que dar incluso antes, para que puedan elegir su plan educativo. Éste es uno de los principales retos que tienen por delante, además de las instituciones educativas, los profesores, como ya comentamos en nuestro post Olvídate, nuestros hijos no van a seguir aprendiendo de la misma manera.
Y, también, deberían elegir el sistema de evaluación, de tal modo que su aprendizaje se encamine en todo momento a conseguir desarrollar sus capacidades y adquirir los conocimientos de un modo flexible que no sólo permita mejorar los resultados, sino también la adquisición de conocimientos y el desarrollo de habilidades.
Y entonces...
A pesar de que la personalización del aprendizaje tiene ventajas evidentes (mayor motivación e implicación del estudiante), son muchos los retos que hay que salvar para conseguir su implementación con éxito. No se trata de sesgar a los alumnos en función de sus capacidades, sino de dar el mejor servicio a cada uno de los estudiantes. Es aquí cuando cobra especial relevancia el rol del profesor, como un verdadero conductor del futuro de los niños y adolescentes, y de las administraciones públicas e instituciones académicas, que deben centrar sus esfuerzos e inversiones en dotar a cada uno de sus usuarios de un verdadero servicio de valor añadido.
Referencias:
[1] Inoovation Unit