El dato...
Los profesores son el colectivo mejor valorado en España. De hecho, el maestro de escuela es el profesional mejor visto por los españoles, según elBarómetro del CISdel mes de febrero, pero los profesores del resto de etapas educativas, aunque van cayendo puestos, siguen estando entre los mejor valorados. Tal es así porque el profesor juega un rol fundamental en el desarrollo de cada una de las personas, encargándose no sólo de que sus alumnos adquieran conocimientos, sino también como guía de comportamiento a lo largo de la vida.
Pero hoy, en la era de las tecnologías de la información y la comunicación, como ya observamos en nuestro postConocimiento al alcance de todos, éste ya no está a disposición de unos pocos, sino de todos aquellos que lo deseen. En este contexto, el profesor ha dejado de ser un mero transmisor de información para pasar a jugar diferentes roles dentro y fuera del aula.
Los detalles...
La integración de distintasmetodologías de enseñanza yaprendizaje, como elaprendizaje basado en problemas,role-play, comunidades, mayor posibilidad de elección en la definición del currículum académico..., en todas las etapas de vida del alumno, han convertido a éste en el verdadero protagonista de su proceso de aprendizaje. Este cambio ha llevado a los profesores a jugar nuevos roles.
Desde luego, el papel de transmisor de información y conocimiento sigue siendo fundamental en el rol del docente actual pero, además, debe animar a sus alumnos a profundizar en los conocimientos que se discutan en el aula, sea esta presencial u online. Y debe ser creador de su propio material docente, un rol que es hoy más asequible a todos los profesores gracias a la integración de las TIC en el sistema formativo.
En este sentido, el profesor también tiene que ser dinamizador de las relaciones con los propios alumnos, diseñando espacios de intercambios de información y de debate, en los que los alumnos puedan experimentar con el trabajo en equipo y desarrollar habilidades sociales, más allá de la adquisición teórica de conocimientos. En estos espacios, si bien el docente debe dejar libertad a sus alumnos, tiene que animar a su participación y orientar las conversaciones hacia los objetivos que se persiguen.
Además, el profesional de la educación debe diseñar el currículum de su asignatura o curso, definiendo claramente los objetivos a conseguir y estableciendo los métodos de evaluación para comprobar si esos objetivos se han logrado. Y, los alumnos deben conocer tanto los objetivos como los sistemas de evaluación elegidos para que puedan orientar su aprendizaje personal a su consecución.
Pero, también, el profesor debe ser asesor y mentor de sus alumnos, orientarlos en su aprendizaje. Los alumnos tienen que aprender no sólo de lo que el profesor diga, sino también de su comportamiento, actitudes y de su forma de hacer las cosas.
Y entonces...
El papel del profesor ha cambiado. Su actitud tiene que ser mucho más activa en el proceso de aprendizaje, pero dando el protagonismo de este proceso a sus alumnos. El cambio de los roles, de transmisor de conocimiento a facilitador del proceso hace necesario que estén más y mejor preparados para poder guiar a sus alumnos. Y los centros tienen que proveer a sus profesores de las herramientas necesarias para que este cambio sea posible.
Referencias: