El dato...
El mercado español lidera la penetración desmartphones(teléfonos inteligentes) ytabletsen Europa. De hecho, el el 63,2% de los usuarios de teléfonos móviles contaba a finales de octubre de 2012 con un smartphone, según unestudio de ComScore, pero la media europea de penetración ya supera el 50%. Y sigue avanzando.
La democratización de la movilidad ha abierto las posibilidades a muchos sectores. Un buen ejemplo es el mercado audiovisual, con el consumo de series, películas y vídeos en general a través del móvil; o el mobile commerce, que crece en nuestro país y en el resto de Europa a tasas anuales de dos dígitos. Al igual que estos y otros, el sector educativo puede aprovechar el hecho de que la tecnología haya derribado las paredes del aula, permitiendo acceder a la formación en cualquier momento y lugar.
Los detalles...
Ya hace tres años el estudio Horinzon 2010, elaborado por más de 50 expertos, identificaba elmobile learning o M-Learning como una tendencia que iba a consolidarse en la sociedad, al igual que ha ocurrido en los últimos años con elE-Learning. Y esta es una oportunidad que los centros educativos y de formación no pueden dejar pasar.
La primera ventaja, y posiblemente la más importante, que ofrece el desarrollo de metodologías que incluyan el Mobile Learning es la posibilidad de acceder a cualquier tipo de conocimiento en el momento y el lugar que el alumno considere, sin las restricciones físicas y temporales que supone el aula o el hecho de tener que estar delante de un ordenador. Sin embargo, por muy beneficiosa pueda resultar esta característica, los dispositivos deben ser un canal de apoyo.
Además de convertirse en un canal de comunicación más, a través del desarrollo de plataformas móviles del propio centro formativo y deaplicacionestransversales, los smartphones permiten una mayor personalización de la formación, ya que los alumnos pueden decidir con quién comunicarse (a través de las aplicaciones móviles) con expertos, leer blog o seguir webinars que ellos prefieran.
Sin embargo, aún siguen existiendo algunos retos que, como centro educativo, hay que afrontar para conseguir sacar el máximo partido al M-Learning. Por una parte, aunque el uso de este tipo de dispositivos se ha popularizado, aún no es masivo debido a su alto coste. De hecho, éste es una de las principales dificultades para su desarrollo.
Por otra parte, su tamaño, a pesar de que mejora cada día, dificulta la lectura de textos, por ejemplo, en sus pantallas. El diseño de contenidos para los smartphones o tablets debe tener en cuenta esta característica para que no cree rechazo entre los usuarios. En este sentido, otra de las limitaciones de los actuales dispositivos inteligentes es la duración de sus baterías, que no suele superar las 24 horas y mucho menor si se trata de un uso continúo, lo que implica que aún no son una herramienta para sesiones formativas intensivas en tiempo.
El M-Learning se utiliza actualmente en universidades y empresa s privadas como es el caso de en EE.UU de laUniversidad de Abilene Christian (ACU) que regala un 3G Android a los recién llegados a la Institución para seguir estos cursos, o deLa Universidad de San Buenaventura en Bogotá, en Colombia, que ha impulsado un prototipo funcional de M-learning para la creación de cursos virtuales y que hoy le permite ofrecer este tipo de variedad de aprendizaje.
Y entonces...
A pesar de los retos comentados anteriormente, ya son muchas las instituciones que han visto como el uso de los smartphones se popularizaba entre sus alumnos, y han sabido sacarle partido. Se trata de un valor añadido más que ofrecerles a los estudiantes, que, además, no sólo lo demandarán sino que lo verán como un servicio básico en el corto plazo. Adaptarse o morir, esta sería la conclusión ante la penetración del móvil en el sistema educativo.
Referencias:
[1]The effectiveness of using procedural scaffoldings in a paper-plus-smartphone collaborative learning context