El dato...
Los MOOCs ((Massive Open Online Course), como ya hemos comentado en post anteriores, se han convertido en una alternativa de formación para muchos estudiantes, y además, se presentan como una posibilidad para los centros educativos para generar imagen de marca, darse a conocer y el nivel de sus servicios a los potenciales alumnos, y estrechar su relación con los estudiantes actuales y pasados.
Sin embargo, desde su puesta en marcha, estos cursos han puesto de manifiesto algunas carencias -como el sentimiento de aislamiento que generan en sus participantes- y que son comunes al E-Learning. Sin embargo, esta metodología ha sabido encontrar soluciones a estos problemas, mientras que en el caso de los MOOCs han sido los propios alumnos los que han optado por organizarse en grupos, los llamados meetup, en los que compartir la experiencia formativa.
Los detalles...
La espontaneidad de los consumidores de MOOCs no ha pasado desapercibida, y como ya comentábamos en el post Los estudiantes de MOOC dan un paso más con los meetup, plataformas comoCourseraya han creado sus propios grupos para ayudar a los estudiantes en su iniciativas de reunión.
Sin embargo, desde los propios centros pueden facilitar a los alumnos un espacio a través del que gestionar los meetup centrados en sus propios MOOCs, o incluso crearlos desde la institución como un servicio de valor añadido para esta oferta formativa.
Si las instituciones académicas deciden organizar los grupos de meetup centrados en sus cursos gratuitos online, tienen que tener en cuenta una serie de consejos para conseguir que tengan éxito:
- En primer lugar, a la hora de crear el grupo de meetup, hay que elegir el tema, los temas (categorías que ayuden a los alumnos a encontrar los grupos en función de sus intereses) y las ciudades y lugares donde se van a celebrar las reuniones.
- En segundo lugar, hay de decidir si el grupo se va a crear desde el área de administración del centro (ya sea universidad, escuela de negocios, centro especializado...) o si se va a encargar al responsable del MOOC (profesor o a algún alumno) su puesta en marcha. En este caso, habrá que decidir si se va pagar por la organización del grupo o no. Por ejemplo, en Meetup.com, se paga una cuota al organizador (12 dólares por mes durante un periodo de seis meses; 15 dólares al mes durante tres meses; o 19 dólares por mes). La cuota es pequeña si el grupo tiene mucho éxito. Aún así, la opción de ofrecer estos servicios gratuitamente ayudará a que el número de participantes sea mayor.
- Difusión: Si se utiliza una plataforma como Meetup.com, ésta manda automáticamente un email anunciando la creación del grupo a aquellas personas que puedan estar interesadas. Además, deberá informar a través de su base de datos aquellos alumnos o potenciales alumnos que puedan estar interesados (en función de temática, lugar de reunión, etc. por ejemplo) y darle la mayor difusión posible en las redes sociales a través de los canales de comunicación oficiales y creando cuentas específicas.
- Organización de la reunión: una vez cuente con el grupo, se deberá organizar la primera reunión. Lo importante es convocarla con suficiente tiempo de antelación -como mínimo una semana- y elegir un sitio para su celebración (biblioteca, sala de reuniones, cafetería). Ya que parte de iniciativa del centro, esta reunión debería tener lugar en sus instalaciones.
- Ir al evento preparado. La persona encargada del grupo deberá preparar la reunión teniendo en cuenta detalles como llevar material para identificar a los asistentes (etiquetas con el nombre, por ejemplo), y un plan de trabajo que incluya desde temas a tratar a ejercicio a realizar.
Aunque los MOOCs surgieron como pequeñas píldoras que servían para que los alumnos y potenciales alumnos vivieran la experiencia de formación de los centros y así aumentar el potencial mercado, éstos han ido evolucionando. Hoy se han integrado dentro de la oferta de muchas instituciones y los estudiantes demandan un mejor servicio. Las iniciativas para completarlos ya han empezado a surgir, pero depende de la voluntad de los propios centros tomar la iniciativa y dar un servicio que realmente aporte valor añadido a sus potenciales alumnos o utilizarlo únicamente como una herramienta de marketing. Quien se sume a los esfuerzos de los alumnos e incluso los mejore, se ganará su confianza y estará el primero en su lista de centros de formación.